|VIDEO| no todas las estrellas tienen el mismo final.
- ppp5674g
- 8 mar 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 10 mar 2021
La muerte de una estrella es algo inevitable, cuando consumen todo su combustible terminan desapareciendo, pero no todas lo hacen igual. Dependiendo de su tamaño y clasificación cada tipo de estrella tiene un final distinto.
Estoy teniendo problemas con el vídeo así que voy a explicarlo hasta que pueda subirlo.
Hay muchos tipos de estrellas, pero voy a explicar que sucede con los 3 grupos principales:
Enanas rojas:
Es el caso de Ppróxima Centauri. Son estrellas pequeñas y frías.
Nuestra vecina más cercana tiene un radio de alrededor de 107.280 km y de 3.042 Kelvin de temperatura.
Debido a su tamaño y temperatura queman el hidrógeno muy lentamente por lo que su edad estimada de vida es de unos 200.000 millones de años.

Cuando queda poco hidrógeno en el núcleo estas aumentan su temperatura y se convierten en enanas azules. Una vez se termina todo el combustible se convierten en enanas blancas. Un tipo de estrella muy pequeña. Este suele ser el final de la mayoría de estrellas.

Enanas amarillas:
El Sol es una enana amarilla. Su radio es de 696.340 km y su temperatura en la superficie es de unos 5.778 Kelvin.

La vida media de las enanas amarillas es de unos 10.000 millones de años. Durante su vida estas estrellas queman el hidrógeno del núcleo. Cuando este empieza a agotarse pasan a quemar el hidrógeno de la corteza. Esto hace que las estrellas se hinchen y se enfríen. Como resultado se convierten en gigantes rojas.
Actualmente el sol tiene unos 4.600 millones de años, esto quiere decir que se encuentra en la mitad de su vida. Dentro de 5 mil millones de años su tamaño habrá aumentado tanto que se expandirá hasta la órbita de Marte, engullendo todos los planetas internos.

Finalmente acabará explotando en una nebulosa planetaria y, al igual que las enanas rojas dejará un remanente estelar en forma de enana blanca.

Gigantes azules:
Estas estrellas son las más grandes y calientes del universo.
Un ejemplo es Rigel, una gigante azul de la constelación de Orión. Su radio es de 54,89 millones km y su temperatura superficial es de 11.000 Kelvin.

Al ser tan grandes y calientes su vida es muy corta, de tan solo unas decenas de millones de años.
Al igual que en las estrellas como el Sol, cuando se agota el combustible se agrandan y enfrían, y se convierten en hipergigantes rojas, como por ejemplo VY Canis Mayoris.

Cuando termine su combustible explotará en forma de supernova, y después, dependiendo de su masa puede tener dos finales:
Púlsar o estrella de neutrones. (Los púlsar o estrella de neutrones son un tipo de estrellas muy densas y pequeñas que emiten radiación)
De izquierda a derecha: Supernova, estrella de neutrones y agujero negro.
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